5.31.2011

Mis libretas.

Recuerdo una vez haber visto en la micro a un par de universitarios que llamaron mi atención, uno era guapo, el otro no tanto, el cual noté inmediatamente que era homosexual. El chico que me pareció lindo llevaba en su mano un paquete de comida para gatos, y fue en ese momento cuando me di cuenta que llevaba un anillo en ella, el mismo anillo que llevaba el otro chico. En mi cabeza hice cuadrar las imágenes y sentí una increíble ternura cuando los vi bajarse de la micro, me los imaginé alimentando a su gato, compartiendo una sonrisa de enamorados.

5.28.2011

palabras.

Desde que me dedico a escribir he comenzado a darme cuenta que todas las cosas que suceden en mi día a día están formadas por palabras, lo cual le da un sentido distinto a muchas de las cosas que suelo ver, oler o escuchar.

Me preocupo mucho de el sonido que una palabra produce al pasar por tu garganta, o también de las fotografías que pueden ser formadas por ellas.

Siempre estoy al acecho de una situacion escribible; imágenes narrables, sonidos describibles, desmaterializar objetos y transformarlos en imaginarios. Ya es parte de mi vida, y me parece muy divertido el hecho de poder vivirlo y tener mi propio mundo formado por palabras.

Últimamente lo que me dedico a hacer es a buscar palabras que me gusten o a buscar imágenes agradables.

Sin título

Curauma es un sitio extraño, ya no sé exactamente cuales son mis sentimientos frente a esta ciudad, me he dedicado tanto tiempo a amar Valparaíso, que he dejado de lado la propia ciudad que me vio crecer.

Es un lugar pequeño, relativamente seguro y lleno de bosques, aunque hasta eso es relativo, las constructoras han acabado con parte de ellos de una manera muy egoísta, no entiendo cual es el afán, la sensación de tener un bosque cerca de tu casa es algo genial. Hasta hace un tiempo yo tenía uno detrás de la mía, en realidad aún lo tengo, pero he visto como se ha ido reduciendo para dar paso a inversiones de empresarios y a escombros de las constructoras.

Me gusta caminar a medio día por la avenida principal del sector donde vivo, es absolutamente tranquilo, nada de ruido causado por embotellamientos, bocinas o gritos, a parte que la arquitectura pensada para las casas de la avenida no es tosca o repulsiva. También me gusta ir a ver a mis amigos que viven cerca de la laguna, o caminar por el bosque después de clases.

Vivo en esta tranquilidad la mayoría del tiempo, pero también me agrada la acción de Valparaíso, cada día que paso en él es como una película.

5.26.2011


Con mi ex novio teníamos una extraña costumbre, una libreta que nos turnábamos cada semana para escribir, él por la parte trasera de ella y yo por la delantera, donde cada uno hizo una portada característica en el lado del cual escribía.

Escribíamos de todo, incluso pegué algunas fotos y unas muestras de PH que hice en el colegio, mi lado era como una bitácora, escribía todo el tiempo, y llevaba la libreta a todos lados.

El lado de él era distinto, se notaba que hacía un tiempo especial para poder escribir, ya que lo que siempre ponía eran pensamientos que tenía en el momento o recuerdos de su infancia que le parecía adecuado contarme. Era algo muy lindo.

A veces pienso en esa libreta, la cual seguramente ha de estar en el mueble que está a un costado de su cama, donde acomoda sus discos y pone su celular y billetera antes de ir a dormir.
Con mi prima llegamos a la conclusión de que el desorden es una herencia familiar, ya que ella, tanto como yo, somos desordenadas. Su pieza es un desorden armonioso, donde las pilas de revistas, papeles, lápices, zapatillas rotas, pinceles y dibujos, forman una especie de ambiente.

Mi pieza es algo parecido, es un desorden agradable, una saturación no apta para todos, agridulce. Tengo tela, lana, palillos, agorex, libros, libros, libros y envoltorios (Creo que ya lo había mencionado, me agradan las tipografías y el ruido que los envoltorios producen) y me encanta, lo siento completamente mío.

Es rara la manera en la que el desorden no me molesta, pero siento que soy crítica incluso con eso, porque no todos los tipos de desórdenes me agradan. En fin… soy feliz usando calcetines distintos y teniendo pilas de libros (Esa será mi próxima inversión, una pequeña biblioteca para mi habitación, la del pasillo ya está llena y en realidad con libros que no me interesan).

Mafe.
Es increíble el parecido que tiene esta imagen con la de la plaza Anibal Pinto, en Valparaíso.

La escalera y el grupo de jóvenes universitarios coinciden con el perfil de la plaza, pero a Valparaíso le faltan esos letreros que se ven detrás.

Esa calle está rodeada de botillerías, una heladería, un café, una pileta, una pérgola y una óptica de nombre "Bulling". A parte, ese bus que aparece atrás, me hace recordar a los trolebuses, que pasan justo por la calle de la plaza.
El termómetro marca
60 grados de monotonía
en el cuerpo
y la alergia a lo banal
se expresa
como sarpullido

Es por eso
que siempre espero
el final de el día
cuando mis amigos y yo
paseamos por el bosque
a las 5 de la tarde
y el tímido sol
se deja ver a medias
entre los árboles
creando los caminos
de un mapa del tesoro.

5.14.2011

No es más que sueño lo que me acompleja en este momento, son la 1:52 de la mañana y estoy a punto de ir a dormir. No sé por qué tengo ese mal hábito de acostarme tan tarde, estoy super conciente de que dormir poco me descompone.

Mi habitación es un desorden, hay pilas de libros en lugares donde no debería haber, cartones, tijeras, y en general malos hábitos que he ganado por pasar tanto tiempo en internet. Creo que necesito una pequeña estantería, me hace falta.

Quiero pintar mi habitación de color blanco y comer sushi del que hace la mamá del Juaco, lo hace sin pescado cuando le pido.

En fin, solo quería escribir algo, quizás después borre esta entrada.
La música una forma de expresión super completa. En primer lugar, porque la música llega a la gente por medio de vibraciones, por lo cual los receptores pueden captarla fácilmente con su cuerpo, sin necesidad de un nivel cultural avanzado como para que la música les produzca una reacción.

En segundo lugar, porque es precisa. Una canción, a diferencia de una película, se puede escuchar muchas veces en un día. El problema es que eso también es una desventaja, ya que gracias a su simplicidad es que la gente muchas veces termina odiando una composición en específico.

Sientes cómo la voz del cantante comienza a desgastarse, y los instrumentos a desafinarse, es una sensación horrible.


Pequeño dato publicistas, si escogen una canción para un comercial, que no sea una buena, la publicidad es un método tan fácil para prostituir cosas, que en realidad es preferible que lo hagan con cosas ya horribles.

Gracias.

5.10.2011

Sobre la cuerda
mis pies esperan retar
a las lechuzas.

5.05.2011

Tips veganos:(Ocupo la palabra vegano porque el contenido nutritivo es apto tanto como para vegetarianos como para veganos)

Aquí dejo el aliño de la carne de soya que llevé para el almuerzo (Marlene, Panchi, si les gustó, aquí está la receta :B ):

- Pimentón verde/rojo.
- Cebollín.
- Cebolla.
- Pimienta negra.
- Salsa de soya.

He probado este aliño con la carne de soya marca "Mi tierra" (conocida como "La soya grande") y queda bueno si la dejas remojando de un día para otro (Así lo hice yo), porque queda blandita.

A mis conocidos que lean esto, díganme cómo les quedó, y si le hicieron alguna variación, también díganlo, para tomar nota de eso :)

Mafe.

5.04.2011

La estación de trolebuses es acogedora, tiene unas banquitas muy personalizadas y una oficina con la forma de un trolebus que le da un toque super pintoresco a la Avenida Argentina. Los troles se acumulan en fila para poder partir con sus pasajeros a los distintos puntos de Valparaíso, y bueno... yo estaba ahí, feliz y triste a la vez, teniendo que aguantar un día nublado con viento molesto. Me encontraba de pie, esperando a alguien, quien tarde venía desde hace ya mucho rato. Decidí adelantarme caminando por donde estaba segura que él vendría, crucé la calle y caminé por la cuadra donde se encuentra el edificio de la casa central de la Universidad Católica. Los universitarios, en su mayoría jóvenes espectantes del futuro, no es raro que abunden en lugares como ese, con estómagos rugientes y pulmones suicidas, asechan ansiosos la obtención de su necesidad. Es por eso que en un lugar tan estratégico como este, es que el comercio pone sus ojos e instala una de las instituciones sagradas del vicio, el hambre, el azar y la prensa. Un kiosko. El solo hecho de haber caminado por el costado de un kiosko, logró que la idea idea de llamarlo para preguntarle dónde estaba pasara por mi mente. Los kioskos me gustan mucho, me encanta ver las tipografías de los productos que se acomodan en las pequeñas vitrinas; cigarros, galletas, revistas, etc.

- ¿El teléfono acepta todo tipo de monedas? - Le pregunté a la señora que estaba a cargo del kiosko.
- No mi niña, solo de $100 - Me dijo.
- ¿Me puede cambiar estas de $10?
- Claro.

Metí mi mano en el bolsillo, y saqué todas las monedas de $10 que tenía.

- 1, 2, 3, 4... - Contaba en voz alta, mientras posaba en su mano las monedas - 5, 6, 7, 8.....

8,8,8,8.... ¡No tenía más monedas!, ni de $100, ni de $500, nada. Miré a mi alrededor para buscar una especie de iluminación divina que me diera la respuesta de los 20 pesos que necesitaba, y por una de esas casualidades absurdas y clichés de las cuales las telenovelas, los best sellers y las películas holliwoodenses abusan, es que pude obtenerlas.

- ¿9, 10? - Me dijo un joven desconocido, quien había sido el espectador de mi pequeña tragedia, mostrándome dos brillantes modenas de 10 pesos.
- Gracias - Le dije sonriendo.

Hice el intercambio de monedas con la señora del kiosko y pude hacer la llamada más parafernálica, por así decirlo, de mi vida.

Vi al chico alejarse con un paquete de galletas que había comprado en el mismo kiosko, nos despedimos, le agradecí nuevamente y lo vi desvanecerse detrás de la esquina de una de las cuadras que forman las curvas del impredecible Valparaíso.

5.03.2011

Tengo mocos, la nariz roja, los ojos hinchados, sueño, ojeras horribles, el día está soleado, pero no pude aprovecharlo, tuve que faltar a un taller de poesía al cual voy hace un tiempo debido a que no tenía plata para poder pagar la micro en la que siempre bajo. Mal, mal.

Lo que me contenta es que encontré una libreta que se me había perdido (: , es una de las que yo hice, por lo que es doblemente importante para mí.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH, quiero escribir, pero todos los limitantes que me causa tener sueño me desconcentran mucho. Cuando tenga algo mejor que decir me pasaré por acá.

Chao.