El viento cantaba.

Ayer por la tarde, un amigo y yo fuimos a dar unas vueltas por Valparaíso, donde al subir el Cerro Bellavista, compartimos un heladito, y casi sudando llegamos al Teatro Mauri, donde se realizaba el Encuentro de Sellos Autónomos.

Todo el camino de subida, nos acompaño un viento increíble, el cual, para ser sincera, era realmente incómodo. Parecía como si el viento hubiese estado reprimido, y no había podido hablarnos en mucho tiempo, al parecer ahora no solo habló, sino que tocó un vals, un poco incomprendido por muchos, que solo hacía bailar a los árboles, las faldas largas, y las cortinas detrás de las ventanas abiertas.
También hizo bailar a mi pelo, el cual creo que fue el que mejor lo pasó, antes de que llegáramos al teatro.

Dentro, el ambiente era bastante agradable, no había viento, y la música era muy buena, la gente era joven, los puestos eran entretenidos, y en varias ocasiones nos detuvimos a ver las distintas cosas que tenían para mostrarnos. Ropa, accesorios, libros, afiches, ilustraciones, etc.

De verdad la pasé muy bien, lo único penca de todo el día fue ver Valparaíso tan sucio, pero el viento hacía que hasta eso fuese divertido, entretenía a la basura, la hacía girar en espiral, y luego caían, como si fuesen plumas, asintiendo y agradeciendo.

Espero que los funcionarios publicos logren rápidamente resolver sus problemas, las calles de Valparaíso no se merecen tanta basura.

Mafe.