4.24.2010

No sé cual es mi afán de pensar en voz alta, siempre me pasa que cuando estoy poniendo la clave del candado de mi casillero, digo el primer dígito en voz alta, y luego recuerdo que la claves de los candados son secretas, y me callo.

Hoy en día, todos mis compañeros saben que es 26.

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